Vivimos una era donde actuamos y luego pensamos, sin importar a quién incomodamos o alteramos.
Vivimos una era donde la efectividad prima por encima del bien hacer, solo cuenta si es rentable.
Vivimos una era donde tenemos tanta prisa que exigimos una respuesta de SÍ o NO, cuando la vida es de matices.
Esta ilustración representa mi constante duda sobre lo que somos y lo que deberíamos ser, porque si queremos un mundo mejor debemos pensar más sobre: ¿Cómo me alimento? ¿Cómo ayudo al planeta? ¿Cuál será la herencia relevante que le dejaré a mi hijo? ¿Cuál es mi responsabilidad social?… Y sigue.
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